En los vestidores de la Arena México, un joven de 22 años, bajito y estrecho de espaldas, se ponía unas mallas blancas decoradas con un par de hostias doradas. Fray Tormenta, cura-luchador célebre por adoptar huérfanos, se acercó a saludarlo. —Gracias por venir, padrino —le respondió el joven.
Al abrazarlo, Tormenta sintió el cuerpo magro de su ahijado deportivo: «Pensé: el público va a decir “¡dale de tragar a tu chamaco, mira cómo está de chorrillento!”».
Nervioso, ese 18 de junio de 2004 el muchacho iba de un lado a otro. En el vestidor, además de muchos gladiadores, estaba el poderoso dueño del Consejo Mundial de Lucha Libre, Francisco Alonso Lutteroth. La noche lo ameritaba: Vampiro Canadiense, Tarzan Boy, Negro Casas, Shocker, Pierrot y el Hijo del Perro Aguayo estaban a punto de jugarse la cabellera dentro de una jaula, en el evento El Juicio Final.
«Hoy se marcará el debut de Místico, aventajado alumno de Fray Tormenta», se limitó a informar en interiores el diario Esto, el único que le dedicó dos líneas. A punto de salir a escena, Místico se acomodó brazaletes y antebraceras, amarró sus botas plateadas e hizo algunos estiramientos.
Perrón. El luchador de 27 años anhela
la cabellera del Hijo del Perro Aguayo, su gran rival actualmente.
Ameno: Dori me / Interimo adapare dori me / Ameno ameno / latire, Latiremo, Dori me... A las 9 PM, las estrofas en latín del grupo Era irrumpieron en la arena. El presentador Armando Gaytán anunció a los 14 mil asistentes el inicio del cartel.
Bañado por una luz amarilla, Místico bajó con su capa plateada hasta el ring, secundado por Fray Tormenta. Apenas se oyeron unos aplausos. El religioso tomó el micrófono para pedirle al público que tratara a su discípulo igual que a él y lo persignó.
En una esquina, Místico, Felino y Volador Jr. En la otra, Averno, Mephisto y Olímpico. La lucha transcurrió seca, a ras de lona, hasta que el debutante sacó a su rival del cuadrilátero con una tijera voladora y volvió a su esquina. Ahí, sofocado, jalaba de la tela que cubría su rostro: cerrada en boca y nariz, la máscara le dificultaba respirar. Al volver, se impulsó en las cuerdas, dio una vuelta de carro y con la espalda hacia las gradas saltó sobre el tercer cordón. Dio un espectacular giro en el aire y cayó sobre Mephisto fuera del ring. Incrustado bajo la primera fila, los aplausos se descolgaron. Minutos más tarde, al inmovilizar a Olímpico con una llave, daba la victoria a su bando. Felino, levantándolo eufórico de la cintura, llevó a Místico hasta la esquina.
«Muestra patas para gallo», soltó el comentarista de Televisa Miguel Linares. «¡Místico está con las musas. Es el surgimiento de la nueva figura de la lucha profesional!», exclamó su colega Alfonso Morales. De pie en la segunda cuerda, el luchador volteó hacia la multitud extasiada, entre la que estaba “La Güera”, hoy madre de sus dos hijas. Unas semanas después, Místico ya era un fenómeno sólo comparable al del Santo.
Huérfano con papás(foto fray comentario Filántropo. el cura benefactor Fray Tormenta le dio la bendición en su debut en 2004, pero hoy le reclama a Místico su "egoismo".)
Presuroso, el CMLL dejó correr una historia de congoja: de niño, decía la leyenda, agobiado por la pobreza, Místico dejó a su familia en el DF para refugiarse por su propio pie en la casa hogar Cachorros de Fray Tormenta, una AC que el cura fundó en 1970 en Emiliano Zapata, Hidalgo. «Esa historia es una novela bien llevada», asegura el cronista Arturo Rivera.
—No tengo a nadie —le habría dicho el niño al cura el día que tocó a su puerta.
Pero a Fray Tormenta —al que entrevisto en la Iglesia de la Santísima Trinidad, en Texcoco— le cuesta recordar a aquel muchacho.
—¿Cuándo llegó Místico a su casa hogar? —pregunto.
—Dios mío, no sé. Hace como diez años o menos, no recuerdo bien.
—¿Cuánto tiempo estuvo con usted?
—Cinco o seis años.
De ser cierto, Místico habría dejado la casa hogar hacia los 20 años. Para entonces, el muchacho
—bajo otra identidad— ya era luchador profesional.
—Dicen que nunca estuvo con usted.
—Bueno, eso se comenta. ¿Pero a ellos les consta, o qué, o cómo?
—¿Es cierto que él vivió con usted?
—…
—¿Padre?
3 comentarios:
Es mentira que Místico haya vivido con Fray Tormenta, él es hijo del Dr. Karonte, un buen luchador de la década de los 70s quien ha padecido la "estrellitis" de su vástago. Les contaré una anécdota: El "luchadorcito" llegó a luchar a una arena de provincia y discutía con los promotores porque no se le daba una habitación para él solo, sino con otro compañero. Su padre que iba con él le pidió que aceptara lo que le ofrecían, y el imberbe enmascarado respondió: "Tu no sabes nada de esto, porque nunca llegasta a ser la fulgurante estrella que soy yo..." Imagínense el mareo que sufre subido en un ladrillo. Bien decía el desaparecido camarada Pérez Verduzco:"La fama es un angel que tiene sus alas de papel...periódico". Pobre chamaco, es digno de lástima...
Además: si quieren (Fray Tormenta), puedo comprobar que Místico nunca vivió con él, ni en Texcoco, ni en San Juan Teotihuacán ni en ningún otro de sus orfanatos. Lo que si puedo asegurar y también comprobar que Fray Tormenta se entregó totalmente al bienestar de los niños desamparados o de la calle en instalaciones totalmente de puertas abiertas; es decir, que ahí entraba y salía quien quería, nadie estaba a la fuerza y llegó a tenrr más de 100 niños y jóvenes.
Hola es al una casa hogar donde ai niños chiquitos me pueden decir
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